El pensamiento filosófico tiene como antecedente el mito como estructura de sentido, es decir, como una construcción narrativa que intenta dotar de sentido el acontecimiento de las cosas, de ahí que las explicaciones más antiguas sobre el devenir del mundo, del hombre y de los dioses, se articule por medio del lenguaje mítico.
Una característica cultural que se deriva perfectamente de los mitos es el pensamiento mágico que hace posible el surgimiento del fenómeno religioso en sentido amplio, y que forma parte importante de la vida de los pueblos para poder destinar acciones, formas de vida y ritos que evocan precisamente este afán del ser del hombre por vincularse a una trascendencia.
Antes de que el pensamiento filosófico apareciera como un proceso racional para explicar el arkhé o procedencia de las cosas, el pensamiento mágico y la religión permitían dar cuenta de este orden del mundo para orientar así el sentido de lo propiamente humano. A continuación te lo platicamos desde la tragedia clásica de Medea.
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