Xochitlalli: El bosque está encantado.
- Por Jim A. Giles
- 6 jul 2018
- 16 Min. de lectura
C.I.E.LI (Centro de Investigaciones Ecológicas libertarias)
Antrop. Jim A. Giles G.
Ofrendar: aquel bello intervalo entre ofrecer y dar
Los nahuas de la región de las altas montañas veracruzanas(1) y campesinos que ya no hablan la lengua de sus antepasados, pero que resguardan sus tradiciones vernáculas(2), practican un ritual llamado Xochitlalli, que al español podría traducirse como ofrenda de flores sobre la tierra o puesta de flores solamente. Es el ritual más icónico de la Sierra de Zongolica(3), practicado desde tiempos antiquísimos y que resguarda en sus significados y símbolos un contenido ético sorprendente respecto a la relación que nuestra especie sostiene con la biosfera y sus respectivos fenómenos vitales.

El Xochitlalli es un ritual destinado a los Tlalokanz (espiritus del bosque) que se realiza por medio de las diversas ofrendas, oraciones y rezos que sirven para sanar las heridas sobre el vientre de la madre tierra que han sido provocadas por el accionar de nuestra especie al habitar el monte; se le debe pedir permiso como perdón a Tonantzin Tlalli (nuestra madre tierra) así como a Tlaltetatzin (al viejito protector de la tierra) y también a los demás seres que habitan el bosque, para que como protectores y habitantes de eso que llamamos naturaleza, no tomen represalias contra los cultivos o las personas que se asienten o pasen por el monte.

El Xochitlalli se lleva a cabo durante el comienzo del ciclo agrícola(4), la apertura de un claro en el monte, la construcción de un camino o casa sobre el bosque o por el inicio de alguna festividad importante en la comunidad. Los espacios y temporalidades donde se ejerce dicho ritual siempre indican que una obra humana que ha de efectuarse, alterará la composición del monte y/o ha de perturbar los recintos sagrados de los Tlalokan. El Tlalokan es un lugar paradisíaco de gran riqueza natural donde residen y viven los espíritus del subsuelo, espíritus que custodian los bosques, ríos y montañas. El Tlalokan se divide en Tlalokan tata y Tlalokan nana: el primer Tlalokan pertenece a la parte masculina y caliente del monte, mientras que la segunda pertenece a la parte fría y femenina. Tanto Tlalokan tata como Tlalokan nana tienen ayudantes: que se denominan Tlalokanz o Tlalokameh, que suelen ser animales y otros espíritus –con o sin cuerpo– que cuidan y protegen el bosque. La etimología de Tlalokan es: Tlalli (Tierra) Octli (Néctar) Kan (Lugar) Tierra o lugar de todos los néctares
Cada montaña, río, planta, tiene su respectivo dueño/protector, que otorga los dones y beneficios de sus aposentos a los campesinos que sepan ofrendar y respetar a la madre tierra: la totalidad del bosque está encantada y resguardada en sus adentros por entidades que vigilan y mantienen el delicado equilibrio del monte, por ello, según la lógica nahua de la región de estudio, resulta de lo más grave y terrible alterar dicho equilibrio vital; ante ello el Xochitlalli busca redimir ese daño al ofrendar todos los elementos vitales que la madre tierra dota a nuestra especie, reintegrándolos a su matriz generadora de vida. Cada avance del hombre sobre la madre tierra tiene repercusiones que deben ser saldadas por medio del ritual y de la compresión que se deriva del mismo. <<Xochitlalli es la magia de saber agradecer a los Tlalokanz y pedir perdón a la madre tierra, el arte de curarla y saberla escuchar>>
No todos pueden realizar Xochitlalli, sólo los Teachka o Tlayekanki son los únicos capacitados para realizar dicho ritual; quien lo realiza debe ser una "persona de respeto, con edad que resulta en experiencia, con buenas referencias, persona de conducta adecuada, de buen humor, de nobleza y espíritu libre, tiene un profundo respeto y es respetado, no transgrede las leyes de la comunidad, presta ayuda sin pedir nada a cambio." (Montalvo Nolasco Pedro & Luis Heredia B, 2015: 104).

El ritual de Xochitlalli según el municipio y el Teachka van variando de contenido, pero en general se conservan los elementos más significativos de dicho ritual. En el Xochitlalli se ofrendan diversos elementos como son humo de copal, ocote, frutas, huevos de gallina y Huaxolotl (5), tortillas, mole, tamales, semillas de maíz, calabaza y frijol; hay que destacar que por regla general se sacrifica un guajolote como parte de las ofrendas ceremoniales. De bebidas se ofrenda café, licor de caña, tequila o mezcal, atole y cerveza. Como objetos rituales se elaboran collares de flores blancas (Xochicozcatl) y unos pequeñitos racimos de flor (Xochimanalez) que suelen en general ser de flores blancas de menor tamaño de la especie Tanacetum parthenium de la familia de las COMPOSITAE(6). Los Xochicozcatl se colocan a manera de collar a los Teachka que realizan el Xochitlalli, así como también a otros participantes destacados en el ritual. Los Xochicozcatl sirven además para bordear y adornar el contorno del boquerón donde se depositan las ofrendas durante el Xochitlalli; cabe mencionar que dichos collares de flores suelen ser colocados y ofrendados también a los árboles y animales que presenten alguna característica sobresaliente, como la de sobrevivir alguna catástrofe provocada por alguna tormenta o el haber sobrevivido alguna acción humana destructora del medio ambiente.

Mientras que los Xochimanalez son una ofrenda a los espíritus del bosque, que se colocan a manera de adorno sagrado alrededor o entre los ofrendas del Xochitlalli. Además se colocan velas de diferentes tamaños y colores, ello depende –como se dijo anteriormente– de la comunidad donde se realice dicho ritual o del Teachka en cuestión: suelen colocarse dos velas grandes de color blanco que invocan tanto a Tlalokan Nana como a Tlalokan Tata y otras 12 velas más pequeñas que enuncian a los 12 ayudantes de los Tlalokanz, que en su conjunto custodian el equilibrio y riquezas del monte. También suelen ponerse cuatro velas de diferentes colores: una vela roja al este, una vela azul al sur, una vela blanca al oeste y una vela negra al norte, que simbolizan cada uno de los rumbos del universo. En Astacinga(7) por ejemplo edifican un pequeño cúmulo de piedras en forma circular con un hueco en medio donde depositan las ofrendas a los Tlalokan y en Tlaquilpa(8) para dar inicio a su feria en vez de hacer un hoyo sobre la tierra, realizan un tipo de caja hecha de tablas de madera sin tapa que rellenan de tierra, con una especie de techo confeccionado con ramas que representa el cielo estrellado, es decir, la bóveda celeste.
Los elementos más importantes del Xochitlalli son: las oraciones que sirven para curar y restaurar los daños a los montes donde el hombre se ha instalado con sus cultivos, casas o caminos. Las flores que sirven de ofrenda y pago por los daños ocasionados a la madre tierra. La sangre de guajolote como fuente de pacto entre el mundo humano y el mundo de los Tlalokanz. Humo de copal para purificar al ambiente. El licor como líquido que reconforta a la madre tierra. Mientras que las bebidas como el Atole, el café y más recientemente los refrescos de origen industrial, son para dar gracias a la madre tierra por lo obtenido a partir de ella. Las tortillas como los tamales son para alimentar a los seres que viven en el subsuelo de los montes y cuevas a manera de reciprocidad.

Cada elemento ofrendado en el Xochitlalli así como la intención con la que se otorga, reflejan en la práctica, una forma de entender y relacionarse con eso que llamamos naturaleza de una forma totalmente distinta a la que el sistema tecno industrial (9) lo hace: mientras que la globalizada civilización tecnológica en su versión capitalista ve al monte como un simple conjunto de objetos y recursos naturales potencialmente aprovechables para su economía, la ética nahua vernácula de Zongolica ve en el monte todo un entramado vital de seres vivos donde no sólo habitan animales, plantas, hongos y microorganismos, sino donde también viven las ánimas de sus antepasados y los dioses míticos que dieron y dan orden y equilibrio al universo.
"La considerable distinción entre un recurso natural y un el espíritu del bosque o del suelo/tierra es la diferencia entre la explotación y la regeneración." (S. Verese, Frédérique Apffel, et, al: 2013: 39 – La negritas son mías). La ética de los rituales encomendados a la relación existente entre humanidad y ecosistemas como lo es el Xochitlalli, "implican una restricción seria para la explotación del mundo no-humano o natural, pues tal comportamiento explotador sometería a uno mismo (y el grupo de uno mismo) a la represalia de los espíritus." (S. Verese, Frédérique Apffel, et, al: 2013: 38). Las ofrendas rituales del Xochitlalli "a las fuentes del alimento aseguran la regeneración de esas fuentes e incorporan un reconocimiento implícito que tal regeneración depende de las apropiadas acciones humanas y no es automática." (Ibídem) Mientras que la economía tecno industrial es antropocéntrica(10), la economía del campesino vernáculo nahua es cosmocéntrica, es decir, que "la economía cosmocéntrica es una economía regenerativa, no-explotadora, en que la reciprocidad y redistribución entre los humanos y los no-humanos y los otros-que-humanos, es decir, los espíritus/ánimas, tienden a producir la equidad en vez de fuertes diferencias de riqueza entre los humanos, así como aseguran la regeneración de las fuentes de sustento de la humanidad." (S. Verese, Frédérique Apffel, et, al: 2013: 39 – las negritas son mías) La eco ética impregnada en el Xochitlalli y de lo que se deriva de dicho ritual considera a eso que llamamos naturaleza, al medio ambiente –al territorio en su sentido más integrado– "como un bien de uso limitado y regulado no sólo por decisiones humanas, sino por un pacto cósmico que involucra a todo el universo viviente." (S. Verese, Frédérique Apffel, et, al: 2013: 79 – las negritas son mías).

Ahora bien, Tonantizin Tlalli, Tlaltetatzin, Tlalokan nana y Tlalokan tata, así como los demás espíritus y entidades del bosque, "no son proyecciones del mundo humano sobre el mundo no-humano, metáforas usadas por los humanos para representar el mundo no-humano." (S. Verese, Frédérique Apffel, et, al: 2013: 36) Ya que tal cual la Tierra con los ríos, mares, lagunas y vientos, es madre de todos los seres vivos: la madre tierra es una gran entidad viviente conformada por otros seres vivos que coexisten bajo diferentes modalidades de interacción y habitad. Como bien refieren los campesinos que practican el Xochitlalli, la madre tierra es un ser inmediato y palpable, que habla y trabaja, un gran ser con voluntad propia que se pone contenta o se enoja, es decir, la madre tierra es un ser viviente con sentimientos, con A G E N T I V I D A D propia.
La madre tierra de los pueblos y tribus nativo americanas no es solamente una representación antropomorfizada o simbólica de la naturaleza, tampoco es una creencia o un saber, la madre tierra es una certeza vital, una realidad inmediata con la que se convive todos los días al existir, vivir, sentir y pensar entre ella. Mircea Eliade(11) junto con la popular tradición de la antropología simbólica y la sociología de las religiones –por su matriz colonial, cristiana, metafísica y antropocéntrica del mundo– no han dado cuenta de que los dioses y espíritus del bosque no son entidades simbólicas, abstractas, metafísicas o imaginarias, que el humano expresa como meras representaciones religiosas. Los Tlalokanz, la Madre tierra en sí, son entidades palpables, no son entes abstractos ni metafísicos, son seres de una realidad material inmediata, con una voluntad que se manifiesta todos los días en el medio ambiente: gracias a la agentividad de los Tlalokanz y la madre tierra, la VIDA de nuestra especie y el resto de los seres vivos puede existir y manifestarse con todos sus sonidos, colores, texturas, sabores y aromas que se desprenden del monte, el cafetal y la milpa.

Ahora bien, esta forma antes descrita de entender a eso que llamamos naturaleza proviene de los campesinos y lugareños nahuas con los que se trabajó etnográficamente: Gracias a Don Silverio y a Miguel Tepole (Ambos Xochitlaleros) se pudo entender y describir la relación del ritual Xochitlalli para con el bosque y los espíritus que residen allí. Con lo antes mencionado se busca enriquecer la perspectiva que se tiene respecto a dicho ritual, pero sobre todo se busca visualizar ese otro tipo de relación no dominadora que la ética ritual del Xochitlalli plasma en su contenido que refiere a una forma no antropocéntrica de relacionarse con la biosfera, de una forma donde tanto nuestra especie como el resto de los seres vivos merecen el mismo respeto: los ciclos naturales, los espíritus del bosque, las estaciones del año, los tiempos de siembra, la flora y la fauna son comprendidos como totalidad en Tonantzin Tlalli (nuestra madre tierra) ya que en ella se desarrolla y gesta todos los procesos que generan y posibilitan la vida de todas las especies, incluyendo la nuestra; dicho reino (El Tlalokan) es sagrado no por oposición a lo profano, sino es sagrado porque en el yace todo germen de Vida, es decir, la totalidad del suelo – incluyendo el subsuelo y el territorio que ocupa nuestra especie y el resto de los seres vivos – es una extensión de la madre tierra y por ende se puede concluir que todo ser vivo es sagrado porque es una extensión de la madre tierra donde hay muerte para que surja la vida y hay vida para que surja la muerte: la dualidad complementaria manteniendo las condiciones y el equilibrio que necesitan los seres vivos para su existencia. En Tlalokan nana y Tlalokan tata no hay contradicciones ni dialéctica: Tlalokan nana y Tlalokan tata coexisten en equilibrio y danza (no hay trascendencia sino inmanencia) jamás hay contradicción entre ellos ya que ambos son complemento y no un par de oposición, un proceso más que una estructura. Sin duda el pensamiento ritual que se deriva del Xochitlalli se asemeja bastante al pensamiento Panteísta de Spinoza(12) donde todos los atributos derivan de una misma sustancia: Toda la vida deviene de la comunión entre la madre tierra y el padre sol, todo ser vivo es extensión y rizoma(13) de dicha comunión cósmica.
Ahora bien, toda la eco sabiduría del Xochitlalli es resguarda principalmente por los Teachka –especialistas rituales– de la región de Zongolica y por las comunidades nahuas que se han mantenido más distantes al desarrollo tecno industrial del país. Sí bien el equilibrio que procura el Xochitlalli se ve a veces descontinuado por algún brujo envidioso o indisciplinado o bien, por algún espíritu enojado, las excepciones confirman la regla: El Xochitlalli pese al imperialismo y colonialismo Europeo, hasta la fecha cumple con su cometido cultural bio regulador en la ecología de los territorios nahua hablantes de la sierra de Zongolica; además se puede agregar que es fuertemente preservado y defendido en la actualidad por muchas personas, colectivos y comunidades que reivindican su cultura vernácula ancestral de y desde la región de las altas montañas veracruzanas. Pero no todo es miel sobre hojuelas, el culto a los Tlalokanz y a la madre tierra de poco en poco se ha ido deteriorando a causa de la migración de los pobladores rurales de la región de estudio a las ciudades, por la urbanización del campo, la intromisión de religiones como la protestante y los fenómenos de comunicación, educación y subjetivización inherentes a la globalización industrialista.
El marketing cultural y la política inclusiva del Estado y las ONGs para asimilar a los pueblos indígenas en la lógica autoritaria y desarrollista del actual sistema tecno industrial en su modalidad capitalista, ha generado la disolución y distorción de los significados y significantes prácticos del Xochitlalli, ejemplo de ello son los festivales mass media(14) (cómo los que se han realizado en años recientes en el municipio cañero e industrial de Ixtaczoquitlan y otros municipios aledaños) donde teatralizan dicho ritual despojándolo de su inmanencia cultural, histórica, económica y ecológica que dan profunidad y sentido al Xochitlalli, reduciendo dicha ritualidad a una atracción turísitca de tintes exotistas: una parodia colonial de los cultos nativo americanos.

A manera de conclusión, ante la agravada crisis social, subjetiva y ambiental que esta impactando cada vez más la totalidad del planeta, y que ha sido y es causada por el desarrollo tecnológico industrial implementado por la mayoría de los Estados/nación del planeta, se hace urgente cambiar de perspectiva y por ende de paradigma: pasar de la idea antropocentrista del y por el progreso absoluto de nuestra especie viviendo en civilización, por otra perspectiva que reconozca y ejerza otros modos de vivir donde no se domine ni se destruya al resto de los seres vivos, ni se devasten las interacciones que la totalidad de la biosfera resguarda y ejerce para configurar, mantener y reproducir las condiciones que permiten la VIDA en el planeta. Ante dicha urgencia, del Xochitlalli –a modo de sugerencia y apelando siempre a la conciencia– deberíamos reconocer –una vez más– que la VIDA no gira en torno a nuestra especie y mucho menos gira al rededor del Estado, ni de la civilización y su progreso, tampoco gira al rededor de la acumulación al infinito de dinero por parte de los capitalistas.
El Xochitlalli revela en su inmanencia una lógica contraria a la que pregona la tecno industria y el Estado: la ética que se desprende del Xochitlalli entiende que eso que llamamos naturaleza no puede ser reducida a un conjunto de recursos naturales destinados a ser explotados; el Xochitlalli ve más allá del usufructo del bosque y entiente al medio ambiente como la conjunción de espíritus, animales, plantas, ríos, vientos, que merecen ser respetados y comprendidos en cuanto que son seres vivos interconectados, entes que en su conjunto permiten el bienestar generalizado de nuestra especie y el resto de los seres que lo habitan. Dicha ritualidad vernácula de los nahuas de la sierra de Zongolica enseña y promueve en lo más profundo de nosotros la no agresión al medio ambiente y convoca a la continua reflexión y comprensión práctica de que nuestra especie y el resto de los seres vivos dependen totalmente de eso que llamamos naturaleza, es decir, de los ríos, la luna, el fuego, los árboles, animales, espíritus etcetera.
¿Es acaso coincidencia que actualmente los ecosistemas mejor conservados del territorio dominado por el Estado Mexicano estén en territorios nativo americanos, donde la Sierra Nahua de Zongolica no es la excepción?(15) El Xochitlalli es mimesis(16) ritual de años de ética materializada en el manejo del paisaje, la conservación y uso adecuado de los ecosistemas y del aprovechamiento sustentable y comunitario de los bienes del territorio. Es evidente la correlación entre una subjetividad cosmocéntrica y biodiversidad libre, entre antropocentrismo y ecocidio, entre desarrollo industrial y dominación social, entre el Xochitlalli y la salud de los ecosistemas.
<<Todo lo que le ocurre a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra>>(17)
Notas:
(1) La región de altas montañas es una zona geográfica enclavada en el centro del Estado de Veracruz que se caracteriza por la presencia de grandes corredores montañosos y la presencia del Volcan Pico de Orizaba que es el más alto del territorio dominado por el Estado Mexicano. Dicha región Colinda con los Estados de Puebla y Oaxaca.
(2) Lo vernáculo refiere a costumbres o formas de ser propias de una comunidad o región.
(3) La Sierra de Zongolica es un macizo montañoso que se encuentra en el centro de Veracruz colindante con la Sierra Negra de Puebla y con la Sierra Mazateca de Oaxaca. Es la zona montañosa mayoritariamente habitada por comunidades nahuas y en menor medida por meztizos. Constituida principalmente en su ecología por el Bosque mesófilo de Montaña y bosques de pino y pino/encino.
(4) El ciclo agricola en la Sierra de Zongolica se inicia el primero de marzo, fecha icónica en toda la región nahua hablante donde se realizan Xochitlaliz en diferentes comunidades para hacer inicio y pedir permiso para sembrar en la madre tierra.
(5) Huaxolotl es el nombre en Nahuatl del Guajolote. Su nombre Zoologico es Meleagris gallopavo.
(6) Tanacetum parthenium es una planta arbustiva ruderal, mejor conocida como Santa maría, que además de tener un uso ritual en la sierra de Zongolica como ofrenda, es usada para limpias por mal aire y aliviar los malestares estomacales y menstruales.
(7) Astacinga es un municipio enclavado en la Sierra de Zongolica en la parte alta y fría de dicha región nahua hablante. Colinda al sur y al oeste con Puebla, al norte con Tlaquilpa, al sureste con Tehuipango y al noreste con Mixtla de Altamirano.
(8) Tlaquilpa es un municipio enclavado en la Sierra de Zongolica en la parte alta y fría de dicha región nahua hablante. Colinda al sur con Astacinga, al norte con Atlahuilco y Xoxocotla, al este con Los Reyes y al oeste con Puebla.
(9) Sistema Tecno industrial es un término acuñado por el mátemático y eruidto Theodore Kaczynski de Origen Estadounidense, que hace referencia al entramado y correlanción existente entre el desarrollo tecnológico industrial y el aumento en el control y dominación de la sociedad.
(10) El Antropocentrismo o lo antropocéntrico, hace referencia a la actitud, teorías, pensamientos y acciones que justifican la dominación, control y sometimiento, sobre todo lo que no sea perteneciente a nuestra especie, es decir, dominar y explotar paisajes, ecosistemas y al resto de las especies vivientes para satisfacer los deseos y proyectos de nuestra especie sobre el medio que nos rodea.
(11) Mircea Eliade de origen rumano (1907-1986), fue un historiador y filósofo especialista en la historia de las religiones.
(12) Baruch Spinoza fue un filósofo de origen Holandes (1632-1677). Crítico la concepción y existencia de Dios y la religión cristiana, como al programa filosófico de su contemporaneo Rene Descartes.
(13) Rizoma es un término botánico vuelto concepto por el filósofo Gilles Deleuze y el psicoanalista Felix Guattari, que hace referencia a la acentralidad, la no jerarquía y la no estructura en las organizaciones sociales, conceptuales y estéticas.
(14) Mass media hace refencia a los procesos de comunicación masivos como el cine, la radio, internet, televisión; que moldean opiniones o actitudes homogeneas para la gran mayoría de la población.
(15) Vease el libro de Eckart Boege: El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México; y el libro de Victor M. Toledo & Narciso B. Bassols: La memoria biocultural: la importancia ecológica de las sabidurías tradicionales. Donde se enuncia y comprueba la correlación entre los territorios con mayor biodiversidad en México con la presencia de los pueblos indígenas.
(16) Mimesis es un concepto que hace referencia a la imitación de la naturaleza para crear arte, ciencia o filosofía.
(17) Frase enunciada por el jefe Seattle en su famosa carta a la tierra dirigida al presidente de los Estados Unidos Franklin Pierce, en el año de 1854. El jefe Seattle perteneció a la tribu Suquamish, una de las muchas tribus dominadas o exterminadas por el imperialismo Europeo.
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